Dolor en las relaciones sexuales: por qué sucede y cómo superarlo

Por El Mundo
06/11/2020

El dolor en las relaciones sexuales, durante la penetración, es un problema más frecuente de lo que se piensa. Lo mejor, sin duda, es hablar con el ginecólogo o con un terapeuta sexual, figuras que ayudarán a la pareja a encontrar la causa del trastorno, ya sea física o psicológica. ¡Te damos toda la información!

El dolor durante las relaciones sexuales, concretamente, durante la penetración, es algo serio a tener muy en cuenta, puesto que se trata de un problema que, si no se trata, puede repercutir directamente en la relación de la pareja, si bien lo padece físicamente la mujer.

También llamado dispaurenia o coitalgia, en términos más técnicos, el coito doloroso nunca debe infravalorarse, ni mucho menos considerarse como algo normal, porque no lo es. Las relaciones sexuales no deben provocar dolor en ningún caso; si lo hace, es necesario averiguar la causa que lo provoca.

Sentir dolor durante las relaciones sexuales es un problema bastante habitual: afecta al 20% de las mujeres, aproximadamente. ¿Qué debemos tener presente?

– La penetración con dolor puede repercutir significativamente en la calidad de vida, tanto de la mujer, que puede enfrentarse a cambios de humor y a la sensación de estar “equivocada”, como de la pareja, que puede pasar por una etapa de descenso del deseo sexual y de tensión en la relación.

– Existen dos tipos de dispareunia: la superficial y la profunda. La primera afecta a la región vulvo-vestibular, por lo que el dolor se siente al principio de la relación, en el momento de la penetración.

– En cambio, en el caso de la dispaurenia profunda, la sensación dolorosa se manifiesta, sobre todo, en el momento del coito propiamente dicho, y se produce en la parte más interna del canal vaginal, afectando incluso a la totalidad de la región pélvica, es decir, la parte baja del abdomen.

Penetración dolorosa: causas

Son varias las causas que pueden provocar dolor en las relaciones sexuales, y son tanto de orden físico como psicológico. Veamos, a continuación, una muestra de las causas más comunes de la dispaurenia y sus diferentes posibles soluciones.

Vaginismo

El vaginismo es una disfunción sexual que comporta la dificultad, cuando no la imposibillidad, de mantener relaciones sexuales con penetración, debido a la contracción involuntaria de los músculos que rodean la vagina al tocarla o rozarla. Esta contracción provoca el cierre parcial o total de la vagina, lo que hace que el coito sea muy doloroso. ¿A qué se debe?

– El vaginismo se suele presentar principalmente a partir de la adolescencia (vaginismo primario), o también después de la menopausia (vaginismo secundario).

– Se puede deber tanto a causas físicas (endometriosis, cicatrices, características anatómicas, hemorroides, alteraciones en la piel de la vulva…), como psicólogicas, las más habituales.

– Entre las causas psicológicas, la ansiedad y el miedo a la penetración es la principal. Este miedo se puede deber a diferentes motivos: depresión, falta de autoestima, posibles abusos sexuales previos, miedo al embarazo, relaciones traumáticas, etc.

– La buena noticia es que el vaginismo tiene solución y se puede tratar. Existen diferentes tratamientos a nivel físico (ejercicios de Kegelbiofeedback, fármacos relajantes, dilatadores progresivos…), y a nivel psicológico, como las terapias específicas para averiguar la causa y establecer las pautas que llevarán a la solución del problema.

Embarazo y afectación del suelo pélvico

El embarazo, en sí, no constituye una causa para la disfunción sexual o el dolor durante las relaciones.

Sin embargo, sobre todo a partir del sexto mes de gestación, la congestión a la que se ven sometidos los órganos internos de la mujer a causa del aumento del volumen del útero puede hacer que la penetración resulte molesta o dificultosa.

Asimismo, el aumento de la sensibilidad producida por la mayor irrigación de los tejidos, vagina incluida, puede hacer que la penetración pueda causar algunas molestias.

– En este caso, se pueden tomar medidas como cambiar la postura sexual, situándose la mujer encima para evitar la presión. 

– Por otro lado, durante el embarazo, es importante que la mujer aprenda a conocer los músculos perineales, es decir, los que rodean la vagina y el ano, y que se entrene para relajarlos y distenderlos voluntariamente, aprendiendo también la forma correcta de empujar, que tendrá que poner en práctica en el momento del parto, durante la fase de expulsión.

– De todos modos, ante cualquier duda, lo mejor es consultar al ginecólogo que sigue embarazo.

Posparto y cuarentena

Después del parto, el dolor en las relaciones sexuales es un problema frecuente. Si el dolor persiste incluso después de la cuarentena, es mejor hablar con el médico, quien ayudará a encontrar la causa del trastorno, aunque bien podría deberse a causas como:

– Cicatrización de la herida de la episiotomía.

– Posibles hemorroides aparecidas como consecuencia del parto.

– Sequedad vaginal debido a la acción de las hormonas durante el puerperio.

– Miedo o reparo a la hora de reanudar las relaciones sexuales después del parto.

Infecciones o inflamaciones

Detrás de la dispareunia superficial, puede encontrarse una infección vulvo-vaginal fúngica o bacteriana.

– En este caso, el dolor está acompañado de picor y escozor.

– Este fenómeno suele resolverse con un tratamiento antimicótico o antibiótico.

– Otras veces, el trastorno puede deberse a una enfermedad dermatológica vulvar y también se trata con fármacos. Por ejemplo, el liquen escleroso, una dermatitis de origen alérgico, que provoca sequedad de la mucosa vulvo-vaginal.

– Un dolor más agudo y persistente puede deberse a una vulvodinia, que consiste en una hipersensibilidad de las terminaciones nerviosas del vestíbulo vaginal.

– En este caso, es preciso “reeducar” la funcionalidad de estas terminaciones con distintos métodos aplicados en centros especializados.

Endometriosis

La endometriosis es una enfermedad benigna que afecta a las mujeres en edad fértil, sobre todo, entre los 20 y los 50 años. ¿Qué más tener en cuenta?

– En las mujeres que sufren de esta patología, el endometrio (el tejido que reviste la pared interior del útero) crece en sitios donde no debería crecer, por ejemplo, en los ovarios, las trompas, la vagina o incluso en el intestino.

– Aún no se conoce la causa concreta de este trastorno.

– Cada mes, este tejido anómalo se desarrolla, provocando inflamación y dañando las zonas circunstantes, hecho que puede dar lugar a dolor durante las relaciones.

Factores psicológicos

Esta cuestión es, quizás, la causa más habitual del dolor durante las relaciones sexuales. En ningún caso, se deben infravalorar las razones psicológicas, porque pueden explicar el dolor coital en un gran número de casos.

– Como ya hemos visto, las experiencias traumáticas relacionadas con el sexo, el miedo, la ansiedad o la depresión son, entre otras, causas desencadenantes de la dispaurenia por causas psicológicas.

– En estos casos, un buen diagnóstico es imprescindible. Una vez identificado el problema, se debe derivar a la paciente a un terapeuta para iniciar la terapia psicológica más adecuada al caso.

Dolor después de tener relaciones

Algunas mujeres pueden sufrir dolor después de mantener relaciones sexuales, aunque no estén embarazadas, ni en período de posparto, ni sufran ninguno de los problemas que hemos mencionado anteriormente. ¿A qué se puede deber la sensación de dolor, ardor, escozor o picor después de tener sexo?

– Puede relacionarse con cualquier enfermedad inflamatoria que afecte a un órgano de la pelvis: útero, ovarios, vejiga, intestino y recto.

– Con frecuencia, detrás de este síntoma, se encuentra la endometriosis. Si la formación de endometrio se encuentra en un ligamento cercano al útero, es normal que la mujer sienta dolor.

– También puede deberse a problemas en los ovarios (como quistes ováricos) o enfermedades inflamatorias de la vejiga (síndrome de la vejiga dolorosa) o del intestino (síndrome de colon irritable).

– Otras posibles causas son: tamaño del pene demasiado grande, infección de orina o incluso alergia al semen de la pareja.

Cómo afecta a la pareja el sexo con dolor

Si la mujer sufre dolor al ser penetrada, o simplemente, al rozar su vagina, es evidente que la pareja tiene un problema. Si bien el dolor físico recae en la mujer, la pareja suele ser el blanco de las consecuencias del sexo doloroso.

En caso de dolor al matener relaciones, es muy importante acudir a una consulta ginecológica, con el fin de que el profesional averigüe la causa del dolor, el picor o el escozor, e indique el tratamiento correspondiente, si procede.

Si la causa es de origen psicológico, evidentemente, hay que dirigirse a un profesional de la psicología, para desentrañar las causas y establecer la terapia adecuada.

Solo con la ayuda de profesionales, es posible superar el trastorno por completo y llevar una vida sexual sana, satisfactoria y regular, una de las claves de la estabilidad de cualquier pareja.

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