Los ultraprocesados también perjudica la salud planetaria

Por Europa Press
30/03/2022

La dieta mundial que incluye cada vez más alimentos ultraprocesados está teniendo un impacto negativo en la diversidad de especies vegetales disponibles para el consumo humano, al tiempo que perjudica la salud humana y planetaria, según un comentario publicado en la revista ‘BMJ Global Health.

Los expertos advierten de que una dieta cada vez más insana no sólo es mala para la salud humana directamente, sino que está causando daños medioambientales al planeta.

Los alimentos ultraprocesados, como los aperitivos azucarados o salados, los refrescos, los fideos instantáneos, los productos cárnicos reconstituidos, las pizzas y pastas precocinadas, las galletas y los dulces, se elaboran ensamblando sustancias alimentarias, en su mayoría ingredientes básicos, y aditivos «cosméticos» (sobre todo, aromas, colorantes y emulsionantes) mediante una serie de procesos industriales.

Estos productos son la base de una «dieta globalizada» y se están convirtiendo en un elemento dominante en el suministro de alimentos a nivel mundial, con ventas y consumo que crecen en todas las regiones y en casi todos los países. En la actualidad, su consumo crece más rápidamente en los países de renta media-alta y media-baja.

En consecuencia, los patrones dietéticos en todo el mundo son cada vez más procesados y menos diversos, lo que repercute en la agrobiodiversidad, es decir, en la variedad y variabilidad de animales, plantas y microorganismos utilizados directa o indirectamente para la alimentación y la agricultura.

Expertos en nutrición de Brasil, Estados Unidos y Australia han redactado un comentario tras investigar el tema. Afirman que los efectos nocivos de los alimentos ultraprocesados en la salud humana están bien documentados, pero todavía hay poca conciencia de su impacto perjudicial en la salud planetaria, y los alimentos ultraprocesados están ausentes de las agendas internacionales de desarrollo.

Advierten de que la agrobiodiversidad mundial está disminuyendo, especialmente la diversidad genética de las plantas utilizadas para el consumo humano.

Más de 7.000 especies de plantas comestibles se utilizan para la alimentación humana, pero menos de 200 especies tuvieron una producción significativa en 2014, y sólo nueve cultivos representaron más del 66% en peso de toda la producción de cultivos.

Hasta el 90% de la ingesta energética de la humanidad proviene de sólo 15 plantas de cultivo, y más de cuatro mil millones de personas dependen de sólo tres de ellas: el arroz, el trigo y el maíz.

Los autores advierten de que tal disminución de la diversidad biológica en los sistemas alimentarios estaba perturbando y dañando los procesos biosféricos y los ecosistemas que sustentaban una producción de alimentos fiable y sostenible, reduciendo la diversidad de la dieta y creando una barrera para unos sistemas alimentarios sanos, resistentes y sostenibles.

Señalan un estudio en curso sobre 7.020 alimentos ultraprocesados que se venden en las principales cadenas de supermercados de Brasil, en el que se descubrió que sus cinco ingredientes principales incluían sustancias alimentarias derivadas de la caña de azúcar (52,4%), la leche (29,2%), el trigo (27,7%), el maíz (10,7%) y la soja (8,3%).

En consecuencia, la dieta de la población era menos variada, y los alimentos ultraprocesados sustituían a la variedad de alimentos integrales necesarios para una dieta equilibrada y saludable.

La producción de alimentos ultraprocesados implicaba un mayor uso de ingredientes extraídos de un puñado de especies vegetales de alto rendimiento (como el maíz, el trigo, la soja y los cultivos de semillas oleaginosas), lo que significaba que los ingredientes de origen animal utilizados en muchos alimentos ultraprocesados procedían a menudo de animales confinados alimentados con los mismos cultivos.

Otra cuestión preocupante es que la producción de alimentos ultraprocesados utiliza grandes cantidades de tierra, agua, energía, herbicidas y fertilizantes, lo que provoca la degradación del medio ambiente por las emisiones de gases de efecto invernadero y la acumulación de residuos de envases.

Los autores concluyen que «el rapidísimo aumento de los alimentos ultraprocesados en la dieta humana seguirá ejerciendo presión sobre la diversidad de especies vegetales disponibles para el consumo humano.

«Los futuros foros sobre sistemas alimentarios mundiales, los convenios sobre biodiversidad y las conferencias sobre el cambio climático deben poner de relieve la destrucción de la agrobiodiversidad causada por los alimentos ultraprocesados, y acordar políticas y acciones destinadas a frenar e invertir este desastre», añade.

Y, en este sentido, añade que «los responsables políticos pertinentes a todos los niveles, los investigadores, las organizaciones profesionales y de la sociedad civil, y los grupos de acción ciudadana, deben formar parte de este proceso».

 

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