Las siete preguntas que determinan tu grado de sabiduría (y tu bienestar mental)

Por Europa Press
12/12/2021

Investigadores de la Facultad de Medicina de la Universidad de California en San Diego han desarrollado una escala abreviada de siete ítems que puede ayudar a determinar con gran validez el nivel de sabiduría de una persona, un rasgo de personalidad potencialmente modificable que ha demostrado tener una fuerte asociación con el bienestar.

Los investigadores del estudio habían desarrollado previamente la Escala de Sabiduría de San Diego (SD-WISE-28), de 28 ítems, que se ha utilizado en grandes estudios nacionales e internacionales, investigaciones biológicas y ensayos clínicos para evaluar la sabiduría.
Pero ahora, en un estudio publicado en la revista ‘International Psychogeriatrics’, han descubierto que una versión reducida de siete ítems (SD-WISE-7 o Índice de Sabiduría de Jeste-Thomas), era comparable y fiable.

«Las medidas de sabiduría se utilizan cada vez más para estudiar los factores que influyen en la salud mental y el envejecimiento óptimo y queríamos comprobar si una lista de sólo siete ítems podía proporcionar información valiosa para evaluar la sabiduría», explica el autor principal, el doctor Dilip V. Jeste, decano asociado principal del Centro de Envejecimiento Saludable y profesor distinguido de Psiquiatría y Neurociencias de la Facultad de Medicina de la UC San Diego.

Estudios anteriores han demostrado que la sabiduría consta de siete componentes: autorreflexión, comportamientos prosociales (como la empatía, la compasión y el altruismo), regulación emocional, aceptación de diversas perspectivas, capacidad de decisión, asesoramiento social (como dar consejos racionales y útiles a los demás) y espiritualidad.

Así, el componente de autorreflexión mide el deseo y la capacidad de comprenderse a sí mismo y sus acciones en un nivel más profundo; el de los comportamientos prosociales evalúa el sentido de la capacidad de uno para mantener conexiones sociales positivas; y el de la regulación emocional mide la propia sensación de poder gestionar eficazmente las emociones negativas y el estrés emocional y favorecer los sentimientos positivos.

El componente de aceptación de perspectivas divergentes examina la aceptación de otros sistemas de valores y el interés en conocer las perspectivas de los demás; el de decisión evalúa la capacidad de tomar decisiones de manera oportuna, y el de asesoramiento social se refiere a la capacidad de dar buenos consejos a los demás. Posteriormente, añadieron la espiritualidad debido a un número creciente de publicaciones que sugieren que también es un componente de la sabiduría.

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En el último estudio se encuestó a 2.093 participantes, de entre 20 y 82 años, a través de la plataforma de crowdsourcing online Amazon Mechanical Turk.

Las siete afirmaciones, seleccionadas del SD-WISE-28, están relacionadas con los siete componentes de la sabiduría y se califican en una escala de 1 a 5, desde muy en desacuerdo hasta muy de acuerdo. Algunos ejemplos de las afirmaciones son: «Mantengo la calma bajo presión» y «Evito las situaciones en las que sé que se necesitará mi ayuda».

«Más corto no significa menos válido –puntualiza Jeste–. Seleccionamos el tipo correcto de preguntas para obtener información importante que no sólo contribuye al avance de la ciencia, sino que también apoya nuestros datos anteriores de que la sabiduría se correlaciona con la salud y la longevidad».

Además, se descubrió que el SD-WISE-7 se correlaciona fuerte y positivamente con la resiliencia, la felicidad y el bienestar mental y se correlaciona fuerte y negativamente con la soledad, la depresión y la ansiedad.

«Hay intervenciones basadas en la evidencia para aumentar los niveles de componentes específicos de la sabiduría, lo que ayudaría a reducir la soledad y promover el bienestar general –prosigue–. Al igual que la vacuna COVID-19 nos protege del nuevo coronavirus, la sabiduría puede ayudar a protegernos de la soledad. Así, podemos ayudar potencialmente a acabar con una pandemia conductual de soledad, suicidios y abuso de opiáceos que se ha producido en los últimos 20 años.»

Los próximos pasos incluyen estudios genéticos, biológicos, psicosociales y culturales de un gran número de poblaciones diversas para evaluar la sabiduría, así como diversos factores relacionados con la salud mental, física y cognitiva de las personas a lo largo de su vida.

«Necesitamos la sabiduría para sobrevivir y prosperar en la vida. Ahora tenemos una lista de preguntas que se responden en menos de un par de minutos y que se pueden llevar a la práctica clínica para tratar de ayudar a las personas», concluye.

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