Los hábitos que perjudican al ojo

Por Europa Press
Fecha: 10/02/2014

OJOGafas, lentes de contacto y maquillajes son productos de un mercado en expansión más cercanos a la estética que a la prescripción médica. Ponemos el punto de mira en los trastornos más comunes que afectan a la salud ocular.

Según explica a Infosalus Jesús Merayo, coordinador de Investigación y Docencia del Instituto Oftalmológico Fernández Vega y profesor titular de Oftalmología en la Universidad de Oviedo, en España existe un sistema de salud que facilita el acceso a los ciudadanos a la atención médica necesaria en este ámbito y las ópticas ejercen, a pie de calle, una importante labor de detección precoz y derivación de las afecciones oculares a los especialistas.

Sin embargo, Merayo considera que la asignatura pendiente es la educación sanitaria para prevenir enfermedades entre los adultos como el glaucoma y las derivadas de la diabetes, un grupo de patologías que pueden conducir a la ceguera. En el caso de los niños el especialista destaca la importancia de educar a los padres en la prevención del ojo vago o ambliopía.

Para la salud de los ojos en el día a día, el especialista ayuda a Infosalus a determinar los hábitos perjudiciales que pueden hacer que en el menor de los casos se produzcan molestias en los ojos o incluso, en los casos más graves, se puedan producir lesiones incurables.

1. Cuidado con el humo de tabaco, productos de contaminación (industrial, agrícolas, de motores o de uso doméstico) y la exposición al viento. El mayor número de consultas al oculista se deriva de problemas asociados a la exposición de tóxicos volátiles. Un ambiente hostil, ya sea en el exterior como en lugares de trabajo u ocio, puede dar lugar a ojos rojos o sequedad ocular.

Según señala Merayo, el tratamiento no se debe detener en aplicar un colirio para eliminar el ojo rojo sino en eliminar el agente que ha causado el problema y personalizar el tratamiento. Si no se toman las precauciones adecuadas y se emplean colirios vasoconstrictores sin supervisión médica se pueden producir daños oculares irreversibles y aumenta la posibilidad desarrollar alergias oculares en personas que no son alérgicas.

Así, como consejo práctico Merayo señala la importancia de utilizar gafas de sol para evitar la sequedad ocular los días de sol y de viento, evitar el contacto con tóxicos y si este se produce, realizar un lavado abundante de la cara con agua y acudir al centro de atención especializada.

2. Olvidarse de parpadear, sobre todo en ambientes secos. Un ambiente demasiado seco afecta a la salud ocular y las más afectadas por estos problemas son las mujeres a partir de los 55 años. Hasta un 30 por ciento de la población adulta se queja de sequedad ocular. Los edificios inteligentes, que controlan la temperatura pero no la humedad en el ambiente, demasiadas horas frente a la pantalla del ordenador sin descanso o el uso de calefacciones durante el invierno y el aire acondicionado durante el verano propician estas molestias.

El consejo de Merayo es claro: no hay que olvidarse de parpadear para mantener la humedad natural del ojo. Los humidificadores o la presencia de agua en recipientes en las habitaciones también puede ayudar.

3. Considerar las lentes de contacto un complemento estético en vez de un medicamento. Como tal, deben aplicarse recomendaciones como no emplearlas durante la noche, realizar una limpieza adecuada o cambiarlas cuando lo especifica el producto. Merayo señala que el abuso de las lentes de contactos está provocando lesiones a veces sin solución y con daño irreversible para el ojo.

4. Usar lentes cosméticas sin tomar las precauciones necesarias. En este sentido el experto advierte que su uso debe seguir los mismos criterios que en el caso de las que corrigen un defecto de visión. Utilizar estas lentes durante muchas horas, intercambiarlas con los amigos o incluso reutilizarlas sin limpiarlas son conductas de riesgo que pueden dar lugar a infecciones oculares tan graves como la queratitis por acanthamoeba, infecciones víricas de muy difícil control o conjuntivitis bacterianas.

5. Maquillar los ojos con productos de origen incierto. La gran mayoría de los productos pasan por rigurosos controles para evitar reacciones alérgicas y eliminar posibles impurezas. Sin embargo, las compras por Internet o los viajes pueden poner a nuestra disposición productos de fabricación artesanal como el khol, un polvo negro a base de ingredientes naturales utilizado como sombra o como delineador, que pueden contener microorganismos dañinos al no pasar por los controles sanitarios correspondientes. Al igual que en el caso de las lentes, los maquillajes no pueden compartirse ya que son vehículo de posibles infecciones.

6. Descuidar la protección solar: el uso de gafas de sol adecuadas evitará las denominadas conjuntivitis actínicas por una exposición inadecuada, por ejemplo, a condiciones de nieve o extrema luminosidad y que dan lugar a fotofobia, dolor e incapacidad de abrir los párpados. Otras situaciones más excepcionales son las lesiones derivadas de observar los eclipses sin protección, que se traducen en daños en la retina.

Por último, Merayo recuerda que el uso de toda pantalla (móvil o tableta) debe seguir los consejos de ergo-oftalmología y salud laboral ya aplicados por los monjes medievales en sus largas horas de estudio: atriles posicionados más bajos que los ojos para tener cubierta la superficie ocular por el párpado y tener una posición cómoda de la cabeza y el cuello. Por muy absorbente que sea la actividad o el ritmo de trabajo es imprescindible descansar los ojos cada cierto tiempo, por ejemplo 5 minutos cada media hora, y parpadear como gesto básico de salud.

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