Por Beatriz G. Portalatín (El Mundo)
Fecha: 15/04/2015
En los últimos 25 años, la incidencia de cáncer de piel se ha incrementado a nivel mundial. Sólo en España, ha aumentado un 38% en los últimos cuatro años, cerca de un 10% cada año y se prevé que seguirá esta tendencia en las siguientes dos-tres décadas. Según los últimos datos, en el año 2012, se detectaron aproximadamente unos 5.000 casos: 2.286 en hombres y 2.718 en mujeres. El cáncer de piel es el tumor más frecuente en el cuerpo humano con una mortalidad de ocho-10 casos por cada 100.000 habitantes. Sin embargo, pese a estas cifras, el cáncer de piel se puede prevenir.
Por ello, y para concienciar, informar y formar a la población de la importancia de la prevención, la Fundación de la Academia Española de Dermatología y Venerología (FAEDV) ha puesto en marcha la campaña Euromelanoma 2015. Se trata de una campaña a nivel europeo que viene realizándose desde el año 1999 con el trabajo altruista de varios dermatólogos que participan en el proyecto. Hoy martes día 15 de abril, ha tenido lugar la presentación de esta campaña que reza sobre el lema: «El cáncer de piel se puede ver, se puede detectar a tiempo y se puede tratar».
El objetivo de este año, ha afirmado Pedro Jaén, presidente de la Academia, no es sólo es una tarea informativa y formativa. La implicación de varios sectores sanitarios como son los médicos de atención primaria y los farmacéuticos es imprescindible para realizar el trabajo con éxito. «Es importante concienciar a la gente de que la prevención es posible y para ello necesitamos la colaboración de todos», ha asegurado. Al mismo tiempo, y dentro de la misma campaña, se podrá pedir una cita gratuita para hacer una revisión de piel de manos de un dermatólogo. Toda la información: http://euromelanoma.aedv.es/ o al teléfono 915434535.
Hay muchos tipos de cáncer de piel, pero más del 90% se puede agrupar en cáncer cutáneo no melanoma y melanoma. El primero, engloba a su vez dos tipos frecuentes que se conocen con el nombre de carcinoma basocelular y carcinoma espinocelular. Por su parte, el segundo, el melanoma, es el cáncer más agresivo pero menos frecuente comparado con los anteriores.
El cáncer de piel es más frecuente en mayores de 50 años, pero cada vez se diagnostican más casos en personas jóvenes, fundamentalmente por los hábitos poco saludable de exposición solar. La exposición solar es uno de los principales factores de riesgo junto con los factores genéticos como son el tipo de piel, la tendencia de desarrollar nevus-lunares y determinadas mutaciones. Por otra parte, existen también algunos factores ambientales como la nicotina, el arsénico o las breas que pueden provocar tumores cutáneos, no melanoma.
Prevención y diagnóstico
«Lo único que podemos hacer para prevenir el cáncer de piel es actuar sobre la protección solar», ha afirmado el doctor Agustín Buendía, coordinador de la Campaña. Para ello, son necesarias una serie de medidas fundamentales de prevención: disminuir los daños provocados por la radiación ultravioleta, evitar las quemaduras y modificar las actitudes y conductas para moderar la exposición al sol y evitar cabinas de bronceado. «Nadie debería morir por un cáncer de piel», ha afirmado el doctor José Carlos Moreno, presidente de honor de la AEVD.
Según datos recogidos en diversos estudios, el 30% de los niños había tenido quemaduras dolorosas alguna vez y el 35% quemaduras con ampollas. Por su parte, el 65% de los adolescentes había tenido quemaduras el verano anterior, y el 39% que se había quemado habían aplicado cremas fotoprotectoras. Con respecto a los adultos el 55% había experimentado quemaduras con ampollas.
Las mujeres tienen más conocimientos y perciben menos barreras frente a la protección, pero existe una controversia: son más sensibles al bronceado y lo perciben como saludable. «Bronceado no debe ser sinónimo de cultura», han afirmado los expertos. «Debemos de cambiar esa filosofía de que bronceado es belleza que tanto se implantó en los años 70 y 80, y ahora está dando sus consecuencias en las personas mayores de 50 años», ha dicho la doctora Isabel Longo, también coordinadora de la Campaña. En la actualidad, el cáncer de piel es más frecuente a partir de esta edad.
Medidas de prevención
- Evitar el sol. Evitar el sol alrededor del medio día reduce la RUVB en un 60%. Sin embargo, todos los estudios reflejan esta medida como la menos utilizada.
- Usar ropa adecuada. Puede reducirse hasta un 93% de radiación incidente. La protección es mayor cuanto menores son los espacios entre hilos y cuanto mayor es el peso y grosor del tejido.
- Usar sombreros y gafas de sol que filtren el 99% de los UVA y UVB
- Uso de la sombra. Es un método muy poco y mal utilizado. Reduce la radiación directa, pero no la indirecta. Su protección no está en función del material que la provoca sino en la altura respecto del sueño. Los niños que no hacen uso de la sombra tienen más lunares.
- Hacer un buen uso de la crema solar. El fotoprotector adecuado tiene que tener: más del 30 de protección, aplicar en cantidad suficiente (lo que cabe en una mano) debe aplicarse ante de 30 minutos de la exposición solar y repetir cada dos horas o cada vez que nos bañemos.
La importancia del diagóstico precoz
Si tenemos indicios de que podemos tener una lesión grave en la piel, es importante que el diagnóstico sea lo más temprano posible para poder evitar consecuencias peores. Lo importante es acudir al especialista en cuanto que veamos una lesión que antes no teníamos: «El principal enemigo de la detección precoz es la negación: mucha gente resta importancia a determinadas lesiones y piensa que no es nada grave. Ante cualquier sospecha hay que acudir al especialista», ha insistido Longo.
El cáncer de piel se manifiesta de múltiples formas, incluso para un mismo tipo de tumor. Puede presentarse como un pequeño ‘granito’ que crece lentamente o como un bulto que crece rápidamente. También como una pequeña herida no cicatrizada o como una mancha rosada y escamada. Este tipo de cáncer no suele dar síntomas hasta fases muy avanzadas, pero el que no produzca síntomas no significa que no sea grave. Ante una herida no cicatrizada correctamente o una lesión que crezca progresivamente, se debe consultar al dermatólogo.